martes, 11 de enero de 2011

FIGURA DE CARBÓN

Últimamente es verdad que se están dando muchísimos casos de acoso. Y entre los jóvenes, se está agravando la situación del bullying. Pero aún así, el texto de Alfredo Gómez Cerdá me parece un poco surrealista. En mi opinión, el caso de la profesora acosada se le va un poco de las manos. Supongo y quiero creer que ninguna persona sería en la realidad capaz de esperar en silencio tanto tiempo. Aguantar y aguantar sin contar nada, ¿para qué? ¿merecía la pena?, como la pregunta que se hace la protagonista hacia el final del texto. Creo que el caso que Alfredo nos cuenta en este texto es lo suficientemente evidente para que cualquiera del centro escolar se de cuenta de lo que está pasando. Además, me parece que ninguna persona, o casi ninguna mejor dicho, sería capaz de aguantar tanto mal en silencio y sin contar nada a nadie.

Siguiendo la tarea que llevamos a cabo ayer en clase, las palabras que he elegido de todo este texto son las que aparecen al final de la obra: "¿Por qué no me explota el corazón? ¿Por qué no revientan mis pulmones? Solo soy una figura de carbón. Carbón quemado. Residuos. Escoria. ¡Corazón! ¡Estalla de una vez!"

¿Por qué he elegido esas palabras? Porque simplemente cuando las he leído me han llamado muchísimo la atención. No entiendo como una persona deja que su vida llegue hasta ese punto. Al volver a leer dichas palabras, aún queriendo, no podía y me era imposible empatizar con esa profesora. Lo fácil y bonito que es intentar vivir feliz y compartir esa felicidad con los demás... Creo que a esta profesora se le fue la situación de las manos. Muchas veces el silencio no es tan bueno ni agradecido...

ANE

1 comentario:

  1. Pero ese silencio es el denominador común de muchas situaciones inadmisibles, pero que suceden y se prolongan en el tiempo. Las chicas que son víctimas de abusos sexuales por parte de sus propios padres (o padrastros) incurren en el mismo error: el silencio. Es de manual.

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